
A día de hoy, las redes sociales pueden ser unas muy buenas aliadas con tu empresa o tu peor enemigo. Son muy pocos los negocios que actualmente no hacen uso de las mismas, para compartir gran parte de información de sus servicios o productos, así como sus datos de contacto, etc.
Lo que ocurre, es que las redes sociales nos pueden jugar una mala pasada, en cuanto a incidentes de seguridad derivados por una mala configuración; algo que es muy grave y que puede llegar a materializarse y poner en peligro la pérdida de datos de tu negocio. Al igual que perjudicar la imagen de tu marca y la reputación que te has labrado año tras año.
La suplantación de identidad consiste en hackear y quitar los perfiles corporativos a través de unos terceros, que se hacen pasar por la empresa. Las dos técnicas más conocidas y utilizadas son el phishing y el pharming.
El phishing consiste en la usurpación de la identidad de un negocio, para que cuando lo vea el cliente, crea en que es la empresa en la que tiene toda su confianza depositada. De esta forma, facilite sus datos de carácter privado como un número de cuenta o credenciales. El pharming, hace que el atacante modifique el tráfico de la página web, para que los clientes intenten acceder a la web auténtica y que, para su sorpresa, se encuentren redirigidos de forma automática a un perfil falso e ilegal.
Y te preguntarás que es lo que hay que hacer cuando te ocurre algo así. Tranquilo, GM Consulting.es te trae una serie de consejos para aplicar en el caso de que esto te suceda:
- “Es mejor prevenir, que curar”. Por ello, es aconsejable que cambies las contraseñas de forma periódica.
- Procura no dar información relevante que pueda ser copiada o captada por la competencia.
- Mantén tu información ordenada y todo vinculado bajo un correo corporativo.
- En el caso de ver una cuenta que puede poner en peligro la tuya, bloquéala y denuncia a través de la plataforma.
- Si llegan a suplantar tu cuenta, informa a tus seguidores de lo ocurrido.
- Y si el caso “ha pasado de castaño oscuro” y la situación es grave, denuncia ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), en su caso.