
RESUMEN: El derecho a la portabilidad, permite a cualquier persona obtener los datos que ha proporcionado a una empresa u organización en un formato estructurado. Siempre y cuando, el responsable le haya dado su consentimiento.
CATEGORÍAS: PROTECCIÓN DE DATOS
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Lo primero de todo vamos a empezar definiendo que es el derecho a la portabilidad . Este derecho permite a cualquier persona obtener los datos que ha proporcionado a una empresa u organización en un formato estructurado. De esta forma, implica que los datos de carácter personal de ese usuario, podrían transmitirse directamente de una entidad a otra, sin necesidad de ser entregados a su propietario, siempre que sea técnicamente posible. Es decir, permite la posibilidad de reutilizar los datos, ya sea para la misma empresa donde se destruyó o para otro proveedor de servicios.
El objetivo, tal y como se recoge en las Directrices sobre el derecho a la portabilidad de datos del Grupo de Autoridades europeas de Protección de Datos, es “aumentar la capacidad de los usuarios de trasladar, copiar o transmitir sus datos personales fácilmente de un entorno informático a otro”, facilitando además el cambio de un proveedor de servicios a otro y reforzando la competencia entre servicios.
Por fin, este derecho ayuda a reforzar más el control de los datos personales. Y cabe destacar que, este derecho, por su propia naturaleza, no se puede aplicar cuando el tratamiento sea necesario para el cumplimiento de una misión de interés público o en el ejercicio de poderes públicos conferidos al responsable.
¿ Dónde puede ejercerse este derecho?
– Cuando el tratamiento de datos se efectúe por medios automatizados.
– Cuando el tratamiento se base en el consentimiento o en un contrato.
– Cuando el usuario lo solicita con respecto a los datos que él mismo ha proporcionado a quien los está tratando y que le conciernan, incluye los datos derivados de su propia actividad.
Y por el contrario, no puede ejercerse en:
– Los datos personales que no han sido provistos por el interesado y han sido recabados o deducidos por el responsable del tratamiento.
– Cuando los datos no se refieren a la propia persona, sino a terceros, ya que el derecho de portabilidad de una persona no puede afectar a los derechos y libertades de terceros.
– En los casos en los que el tratamiento no tenga su base legitimadora en el consentimiento de interesado o en la ejecución de un contrato.
– En caso de que los datos sean necesarios para el ejercicio de un interés legítimo por parte de los poderes públicos.
– Cuando los datos personales hayan sido sometidos a un proceso de anonimización o ya hayan sido suprimidos.
¿Qué ocurre si no se cumple este derecho?
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), tiene poderes correctivos. En caso de que la empresa no cumpla con lo dispuesto sobre el derecho a la portabilidad de datos en el RGPD, se pueden aplicar diversas sanciones en función de la gravedad del incumplimiento. Las sanciones más graves podrían conllevar multas de hasta 20 millones de euros o el 4% de la facturación del último ejercicio, en el caso de las empresas.
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